quisiste ser un pobre capuchino,
celoso sacerdote que seguiste
la voz del corazón en pos de Cristo.
con férvida pasión del Crucifijo:
Jesús, amor donado humildemente,
marcó la luz polar de tu camino.
tu gozo más profundo fue el servicio,
y fue el confesionario dulce encuentro
del infinito amor, por ti servido.
y al Hijo y al Espíritu divino,
ascienda, por la Iglesia, la alabanza
y baje hasta nosotros su rocío!
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