Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria;
hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia Tí...
Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo.
Ilumina nuestra Patria con el sol de justicia, con la luz
de una mañana nueva, que es la Luz de Jesús.
Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca, nuestra bandera,
junto a los colores de tu manto, para contarte que:
Hoy falta el pan y el trabajo en muchas, muchas casas,
pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchos dirigentes.
Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos Madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas,
que arranques el ansia febril de solamente alcanzar los bienes materiales.
Derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad y de la comprensión.
Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre
nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz Madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo,
sobre un mismo suelo y bajo una misma bandera, y que sufrimos todos
juntos las mismas penas y las mismas alegrías...
Virgen de Luján, ilumina nuestra Esperanza, alivia nuestra pobreza espiritual y
material, para que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca:
¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!