al contemplarte en el misterio de la visitación,
queremos imitarte y como vos
peregrinar hacia el que sufre, hacia el enfermo,
apoyados en el báculo de la Gracia de Dios
ser báculo para el hermano necesitado.
Buen Samaritano, Señor de la Vida,
para ser instrumentos de su Gracia que santifica,
consuela y siembra en los corazones la alegría.
en el servicio al enfermo, y estar
más dispuestos a escuchar que a hablar.
ponemos nuestros deseos y acciones,
que siempre las realicemos con fe
en el nombre de tu hijo Jesucristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.