¡Oh Jesús, que subes al cielo; oh Señor,
Rey bendito e inmortal de los siglos,
te damos gracias por haber asociado
hoy a Santa María Bertila a tu triunfo y
haber encendido con ella una nueva estrella
en el firmamento de tu Iglesia!
Al volver al Padre prometiste no dejarnos
nunca, y benignamente sigues estando con
nosotros, también e n el testimonio y amor
de tus Santos, que son tu más bello cortejo
en el cielo y tu buen olor aquí en la tierra.
Por intercesión de Santa Bertila y de todos
los Santos, suscita en las almas, en las familias,
en las diócesis semillas fecundas y siempre
nuevas de santidad; numerosas y ardientes
vocaciones; almas bellas y puras; familias
sanas y generosas que vivan en tu santo amor.
Y concédenos que, sostenidos por tu gracia y
fortalecidos por los ejemplos de tus Santos,
podamos honrarte todos los días con serenidad
y alegría, ánimo y perseverancia para poder
vivir una vida divina.
Amén