del Evangelio, maravillado con el misterio de la Iglesia.
Has inspirado su lucha contra la miseria y la injusticia y le has
dotado de una incansable generosidad al servicio de cualquier
hombre que sufre. En familia, se reveló hijo, hermano,
esposo y padre de excepción. En el mundo, su ardiente pasión
por la verdad iluminó su pensamiento, su enseñanza y sus escritos.
A nuestra Sociedad, que concibió como una red universal de caridad,
insufló el espíritu de amor, audacia e humildad heredado de
San Vicente de Paúl.
En cada uno de los aspectos de su breve existencia,
aparece su visión profética de la sociedad tanto como la evidencia
de sus virtudes.Por estas múltiples dotes, te damos gracias, Señor,
y solicitamos – si tal es tu voluntad – la gracia de un milagro,
por la intercesión del Beato Federico Ozanam.
¡Que la Iglesia proclame su santidad,
tan providencial para los tiempos presentes!
Te lo rogamos por nuestro Señor Jesucristo,
Amen.
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