Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


lunes, 29 de abril de 2013

ORACION A SANTA CATALINA DE SIENA

   Catalina de Siena,
mujer de Dios, esposa de Cristo,
madre espiritual, doctora de la Iglesia,
  "¡Hermana Nuestra!"
A ti  acudimos para pedirte nos ayudes a vivir en la Verdad,
y que  nos enseñes a amar como nos ama Dios.
Te proclamamos modelo de vida dominica,
estímulo en el peregrinar por este mundo
sembrando la Palabra de la Vida.
Tú encarnas el ideal de mujer orante y apóstol,
tal como queremos ver a la mujer
en la Iglesia y en el mundo de hoy.
Te consagraste a Jesús tu Esposo Sagrado,
y serviste a su Iglesia en plena desunión.
Enséñanos, Catalina, como mística y doctora,
a ser humildes y valientes, serviciales y fraternales,
comprometidos y perseverantes,
firmes y esperanzados, alegres y profundos
ilusionados y luchadores.
Enséñanos a ser como tú,
 que fuiste mediadora de unidad,
instrumento de paz, defensora de la justicia,
amante del diálogo con Dios y los hermanos.
Concédenos la gracia de alcanzar nuestras metas
en la Iglesia y en el mundo de hoy
que  nos retan y nos esperan.
Y haz que no defraudemos su esperanza e ilusión,
para gloria de Jesucristo y bien de nuestra Iglesia.
Amén.
 
Adaptado de: B. Hendriks, O.P.

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