Junto a la cruz de su Hijo la Madre llorando se ve,
el dolor la ha crucificado, el amor la tiene en pie.
Quédate de pie, de pie junto a Jesús, que tu Hijo sigue en la cruz.
Cruz del lecho de los enfermos, de los niños sin un hogar,
cruz del extranjero en su patria, del que sufre en soledad.
Cruz de la injusticia y miseria de los marginados de hoy;
cruz de tantas falsas promesas y de la desesperación.
Cruz del abandono de amigos, del olvido y de la traición;
cruz de la amenaza y del miedo, de la tortura y la prisión.
Cruz de los que sin esperanza sufren sin saber para qué;
cruz de los enfermos del alma, de los que perdieron la fe.
- Ruega por nosotros, Virgen de los Dolores.
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
y gracias de nuestro Señor, Jesucristo.
Padre de todo consuelo, Dios de infinita misericordia y bondad,
que nos diste a María como Madre y Modelo de cristiano,
acrecienta nuestra fe, fortalece nuestra esperanza
y enciende nuestra caridad, de tal modo que seamos
signo del gran amor que tienes para con todos.
Tú conoces mejor que nadie nuestros sufrimientos y dolores,
te pedimos que si es tu voluntad nos libres de ellos.
Pero, sobre todo, queremos pedirte que ni ellos, ni nada,
ni nadie puedan separarnos jamás de tu amor,
ni quitarnos las ganas de vivir para adorarte.
Te presentamos nuestra oración por medio de Jesucristo,
Señor Nuestro, tu Hijo e Hijo de María, la Virgen Dolorosa,
Él vive y reina contigo y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén.
Fuente: www.mariologia.org
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