Gloriosísimo Santo Domingo de Guzmán,
elegido de Dios para sus grandes designios en el mundo,
predilecto de la Reina de los cielos, cuyas glorias y amor
publicaste y difundiste, obtiénenos nuevamente el triunfo
de la verdad sobre el error y aparta el brazo vengador
de la Divina justicia sobre los pecadores.
Vos, que fuiste columna de la Iglesia,
alcánzanos para ella eficaces y oportunos auxilios, gran fervor
y espíritu apostólico a sus ministros y piedad
y pureza de costumbres al pueblo cristiano.
Oh modelo de santidad y penitencia, hijo fiel y amante de María,
que mereciste que esta gran Señora cobijara en el cielo bajo
su manto amoroso a tus hijos, obtiénenos de Ella que
sostenga nuestra debilidad para no apartarnos
en la tierra de las enseñanzas del Evangelio.
Y ya que en la tierra fuiste poderoso en obras y doctrinas,
sea también eficaz en el cielo tu intercesión para alcanzarnos
una santa vida y dichosa muerte.
Amén.
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