Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


domingo, 20 de mayo de 2012

FIESTA DE LA ASCENSION DE JESUCRISTO AL PADRE



"Subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre".

Esta afirmación es un modo de hablar para decir que Jesús se fue al Padre, llevando consigo su naturaleza humana. La ida de Jesús al Padre constituyó nuestro cielo.
Jesús, al ir al Padre, no entra en un lugar, sino en una nueva dimensión, en donde no tienen sentido nuestras expresiones: arriba, abajo, subir, bajar… Ir al cielo significa, ir a Dios. En el cielo, iremos a unirnos al cuerpo de Cristo resucitado todos los que aceptamos su salvación.
Según la narración de San Lucas, la Iglesia celebra la Ascensión del Señor a los cuarenta días de su resurrección. Esta fiesta está dentro del tiempo pascual que consta de cincuenta días y concluye con la Venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia. (Cf. Lc 24, 49-53; Hch 1, 3-11; 2, 1-41) La fiesta de la Ascensión no nos habla de un alejamiento de Cristo, sino de su glorificación en el Padre.
Su cuerpo humano adquiere la gloria y las propiedades de Dios antes de encarnarse.
Con la Ascensión, Cristo se ha acercado más a nosotros, con la misma cercanía de Dios. Es también una fiesta de esperanza, pues con Cristo una parte, la primicia de nuestra humanidad, está con Dios.
Con él, todos nosotros hemos subido al Padre en la esperanza y en la promesa.

(Fuente: Evangelizo.com)

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