Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


martes, 19 de marzo de 2013

ORACION AL INICIO DEL MINISTERIO PETRINO DE S.S. FRANCISCO

Foto:AFP
Oración por el Papa Francisco
y por la Iglesia de Jesucristo

Padre Bueno, que siempre escuchas
el clamor de tu pueblo, te pedimos
por nuestro pastor, el Papa Francisco.
Anímalo y dale fuerzas con tu Espíritu,
para que, unido a los obispos, pastores
de todas las iglesias diocesanas del mundo,
guíe la vida de los cristianos
por las huellas del camino de Jesús.

En el espíritu de san Francisco de Asís, Señor,
te pedimos ser una Iglesia pobre y fraterna,
con un corazón abierto y compasivo a los que sufren,
a los que no tienen lugar, a los que son excluidos,
a los que padecen violencia,
a los enfermos de toda dolencia,
a los que dejan su tierra como migrantes,
a los niños, jóvenes y mayores que mueren por la droga,
en todos ellos, y en muchos otros, vemos tu rostro sufriente,
y queremos, como enseñó Francisco al besar al leproso, 
dar muestras concretas de un amor que haga crecer la vida.

Queremos ser, con el Papa Francisco,
con nuestros obispos pastores,
con todas las comunidades cristianas,
una Iglesia sencilla y servidora,
que anuncie con alegría el Evangelio de Jesús,
que ame y cuide la naturaleza
y la Tierra, casa de todos,
que trabaje junto a otros para hacer un mundo de hermanos, 
que se alegre con María, y con Ella se haga fuerte
en la fe y la esperanza,
porque para Dios “no hay nada imposible”.  
 Que así sea.


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