Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


miércoles, 21 de octubre de 2015

ORACIÓN A SANTA ÚRSULA

Santí­sima Madre Inmaculada de la Luz; y las milagrosas santa Úrsula y  once mil ví­rgenes mártires, postrado delante del trono de Vuestra clemencia, y confuso por mis muchos y graví­simos pecados, con sumo dolor mi corazón, todos los detesto, porque con ellos ofendí­ a tu Santí­simo Hijo Dios y Señor mí­o amabilí­simo a quien amo sobre todas las cosas, y estoy resuelto a morir antes de volverle a ofender. Tú, Señora mí­a, dí­gnate de admitirme, como el más intimo de tus esclavos, y de tus hijos, debajo del manto de tu Patrocinio, y en el seno dulcí­simo de tu maternal amor, Porque yo, Señora mí­a y Madre benigní­sima, todo me doy, entrego y dedico a ti por esclavo e hijo tuyo, ahora y siempre y por toda la eternidad, y te doy humildes gracias por los beneficios que he recibido y por males y peligros de que he sido librado por favor de tu misericordia y de santa Úrsula y las once mil ví­rgenes que la acompañaron en el martirio. Haz, Señora mí­a, te ruego por el amor que tienen a tu Dulcí­simo Hijo, que todos mis pensamientos, palabras y obras: todas mis adversidades y trabajos, y toda mi vida y muerte, sean siempre dirigidas por los meritos e intercesión según el beneplácito de Dios, y su mayor Gloria, y a tu honor y obsequio, y bien de mi alma. 
Amén

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