vayamos también nosotros con frecuencia
a adorarte en tu Casa que es el Templo.
Que no vayamos jamás con las manos vacías.
Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,
el incienso de nuestra oración fervorosa,
y la mirra de los sacrificios que hacemos
Que te encontremos siempre junto
a quien queremos honrar y venerar siempre
como bendita Madre Tuya y Madre nuestra.
Amén.
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