apóstol y evangelista, elegido por Jesús.
Cuando estabas sentado cobrando impuestos
escuchaste la llamada del Señor: Sígueme.
A pesar de ser para los de tu pueblo,
un ladrón, injusto, y adúltero;
el Señor puso los ojos en ti
El Señor puso lo ojos en ti,
porque no he venido a llamar a justos,
te has convertido para todos los hombres
en un modelo de acogida de la misericordia de Dios.
Tal grande fuel el “Don de Dios” en tu vida,
que abadonando tu oficio, injusto e inmoral,
seguiste a Jesús, tu única riqueza,
y haberlas dejado a la Iglesia
la voz de Jesús resuene en los corazones
para que los enfermos encuentren curación
y los pecadores misericordia.
Te pido en este día de tu fiesta,
que me ayudes a ser sacerdote
que me convierta cada día de mis pecados,
que me desapegue del dinero,
que siga con prontitud
que proclame la Buena Nueva del Evangelio
que medite la palabra de Dios cada día,
que tenga el santo deseo
especialmente a los que están más necesitados
Te pido, San Mateo,
que como sacerdote reconozca
y que no me canse de administrar
para que muchas almas
al encontrarte con Jesús misericordioso.
Glorioso Apóstol San Mateo,
ruega por mí y por todos los sacerdotes del mundo.
Amén.
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