¡Oh Santa Juana Antida!, nos dirigimos
a tí seguros de ser escuchados.
Tú, que sufriste persecuciones y humillaciones; tú, que pusiste tu vida sólo en las manos de Dios; tú, que serviste con alegría a los miembros
sufrientes de Jesús Crucificado;
tú, que amaste a la Iglesia donándote por completo,
escucha nuestra oración:
por el Papa Francisco, por los sacerdotes,
por los consagrados y consagradas al servicio del Reino,
por nuestras familias y por nuestra comunidad.
Guíanos, oh, dulce amiga y compañera de viaje, en nuestro camino a la santidad.
Santa Juana Antida,
¡ruega por nosotros! |
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