Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


domingo, 15 de julio de 2018

ORACIÓN A SAN BUENAVENTURA

¡Oh glorioso San Buenaventura, hijo del corazón de Francisco, 
gloria de la Orden Seráfica y columna de la Iglesia Católica! 
Por el celo con que miraste la honra y gloria de Dios, da una
mirada a todos los fieles e inspiralos una sólida piedad y una 
devoción sincera, que los separe del amor de las cosas terrenas 
y los una íntimamente a Dios. Una piedad que es útil para todo, 
y que lleva en sí la paz y la concordia, el sostén de la familia, 
la fraternidad y caridad cristianas, ornamento de la piedad y 
de la Iglesia. Una piedad que une a los habitantes de este 
destierro con los ciudadanos de la patria celestial, y que 
ilumina la inteligencia con la luz increada que es sabiduría 
y amor; y mantiene viva la fe, firme la esperanza , hasta que 
por medio de la caridad nos introduce en el seno de Dios 
para disfrutar de su gloria por toda una dichosa eternidad. 
Ventura sin igual, de corazón seráfico, de espíritu angélico, 
genio de la sabiduría, envianos un rayo de luz y una centella 
de amor para conocer los peligros y aborrecer todo lo terreno, 
a fin de que nuestro corazón se mantenga fiel a las divinas 
inspiraciones y con el ejercicio de la virtud merezcamos 
llegar a poseer y gozar las delicias del amor eterno. 
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario