Oh María Mediadora de todas las Gracias,
salud de los enfermos, consoladora de los afligidos,
dulce y bienaventurada Madre Milagrosa,
no me abandones en este momento de dolor,
sino como Madre llena de benignidad dígnate
a venir solícitamente a mi encuentro.
Ayúdame, asísteme; recibe los gemidos de
mi corazón y enjuaga piadosamente
las lágrimas que riegan mi rostro.
Por las lágrimas de compasión con que
al pie de la Cruz acogiste en tu seno maternal a
tu Hijo muerto, recíbeme también a mi, pobre hijo tuyo,
y obténme la gracia divina de aumento en mi fe a Dios
y de caridad a mis hermanos que son también tus hijos.
Por tus preciosa corredención, obténme también,
la gracia que ardientemente deseo y que ahora pido
confiadamente a Ti por tus rayos milagrosos,
..............................................
(pedir cada uno la necesidad que se requiera).
Oh María Mediadora, Madre de amor y de dolor, a tu
Corazón Inmaculado y dolorido consagro mi pobre corazón;
recíbelo, guárdalo. sálvalo con tu amor santo que jamás falla.
Corazón inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mi.
Corazón inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mi.
Y por todos los favores recibido, Santa Madre del Cielo, proclamo:
¡Oh María sin pecado concebida!
Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Por tu Hijo Jesucristo, que con el Padre vive y reina.
Amén.
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