Oh Santa Juana Antida, nos dirigimos a ti
seguros de ser escuchados por tu intercesión.
Tú, que sufriste persecuciones y humillaciones;
tú, que pusiste tu vida sólo en las manos de Dios;
tú, que serviste con alegría a los enfermos como
miembros sufrientes de Jesús Crucificado;
tú, que amaste a la Iglesia donándote por completo,
escucha nuestra oración, por el Papa, por los sacerdotes,
y religiosas, por nuestras familias, por nuestra comunidad
y por todos los laicos consagrados al servicio del Reino.
Guíanos, oh dulce amiga y compañera de viaje,
en nuestro camino a la santidad y a la vida eterna.
Santa Juana Antida, ¡ruega por nosotros!
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén