Junto a tu cruz y tu sepulcro tuviste a tu Madre dolorosa,
participando en tu aflicción: haz que tu pueblo, nosotros,
sepamos acompañarla. Y como Tú, grano que caíste en la tierra
para morir y dar fruto, como Tú, también nosotros
sepamos morir al pecado y vivir para Dios.
Que siguiéndote a ti, caminemos siempre en
una vida nueva. Cambia nuestro luto en danza;
muda nuestro traje de presidarios y vístenos de fiesta.
Volvamos al Señor; que Él nos sane, que Él nos vende,
que Él nos resucite. A precio de la sangre
de Cristo hemos sido rescatados. "Cristo, por nosotros,
se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió
el Nombre-sobre-todo-nombre ".
Amén
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