Dichosa tú, que, entre todas,
fuiste por Dios sorprendida
con tu lámpara encendida
para el banquete de bodas.
Con el brazo inocente
de un hondo pacto amoroso,
vienes a unirte al Esposo
por virgen y prudente.
Enséñanos a vivir,
ayúdenos tu oración,
danos en la tentación
la gracia de resistir.
Honor a la Trinidad
por esta limpia victoria,
y gloria por esta gloria
que alegra a la humanidad.
Amén
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