Padre de infinita bondad y ternura, nosotros te alabamos y
te damos gracias por el don que es para la iglesia y
para el mundo la beata Enriqueta Alfieri, ofreciéndonos
el testimonio de una fe fuerte, de una tenaz esperanza y de
Señor Jesús, haz que queme también en nosotras el fuego
de la caridad que empujó a la beata Enriqueta a donarse
cada día a quien había perdido la esperanza de redención,
a las mujeres humilladas y ofendidas, a las víctimas de
todo tipo de violencias, para que venza también hoy el amor.
Espíritu Santo, fuente de perenne alegría, sobre su ejemplo
dónanos la fuerza de ofrecer a cada persona que pones en
nuestro camino, una sonrisa cordial, un gesto de perdón y de paz,
un corazón que escucha y acoge con amor, para la gloria de Dios.
Amén.
Amén.
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