Señor, Tú que otorgaste al beato Ignacio Falzón
la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde,
concédenos también a nosotros, por su intercesión,
la gracia de vivir fielmente nuestra vocación,
para que así tendamos a la perfección que
Tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo,
que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos.
Amén
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