Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, para que muriendo
y
resucitando nos diese su Espíritu de Amor.
Por la beata Isabel Calduch Rovira, mártir en España,
que mantuvo su adhesión a Jesucristo de manera radical
y plena, y que le permitiste derramar su sangre por Él,
danos la gracia y la
alegría de la conversión para asumir
las exigencias de la fe; ayúdanos, por su
intercesión, y
por la de María, Reina de los mártires, a ser mediadores
de reconciliación en la sociedad y a promover una comunión
viva entre los
miembros de tu Iglesia en todo el mundo.
Enséñanos a comprometernos, con nuestros
pastores,
en la nueva evangelización haciendo de nuestras vidas
testimonios
eficaces del amor a Ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo, el
Testigo fiel y veraz,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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