¡Oh glorioso San Pablo de la Cruz!
Vos que meditando la Pasión Sma. de Jesucristo
llegaste a tan alto grado de santidad en la tierra y
de felicidad en el cielo, y que predicándola ofreciste
al mundo eficaz remedio para todos los males,
alcánzanos la gracia de llevarla siempre grabada en
nuestros corazones, que la propaguemos con palabras
y ejemplos a fin de recoger los mismos frutos
que Vos, en el tiempo y en la eternidad.
Amén.
Amén.
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