Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria;
hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia Ti
Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos,
escúchanos:
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo.
Ilumina nuestra patria con el sol de justicia,
con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús.
Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera,
y los colores de tu manto, para contarte que:
hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero
también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes.
Falta el amor entre hermanos y el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos Madre que extingas el odio y la ambición desmedida,
que arranques el ansia febril de solamente bienes materiales y
derrames sobre nuestro suelo semillas de humildad y comprensión.
Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar
su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel
inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz Madre que comprendamos que somos hermanos,
nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera.
Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías.
Ilumina nuestra esperanza, alivia la pobreza material y espiritual,
y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca:
y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca:
¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!
¡MADRE, CUIDÁ LA FE DE TU PUEBLO QUE CAMINA!
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