¡Oh Dios, nuestro médico y
remediador eterno!,
que hiciste a Cosme y Damián
inquebrantables en su fe,
invencibles en su heroísmo,
para llevar salud por sus heridas
a las dolencias humanas
haz que por ellos sea
curada nuestra enfermedad,
y que por ellos también
la curación sea sin recaída.
Amén.
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