Señor Jesús,
presente en el Santísimo Sacramento,
que quisiste perpetuarte entre nosotros
por medio de tus sacerdotes,
haz que sus palabras sean sólo las tuyas,
que sus gestos sean los tuyos,
que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres
que hablen a Dios de los hombres
y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio,
sirviendo a la Iglesia
como ella quiere ser servida.
Que sean hombres,
testigos del eterno en nuestro tiempo,
caminando por las sendas de la historia
con tu mismo paso
y haciendo el bien a todos.
Que sean fieles a sus compromisos,
celosos de su vocación y de su entrega,
claros espejos de la propia identidad
y que vivan con la alegría
del don recibido.
Te lo pido por San Juan María Vianney
Patrono de todos los Sacerdotes
y por tu Madre la Santísima Virgen María:
Ella que estuvo presente en tu vida
estará siempre presente en la vida
de tus sacerdotes.
Amén
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