Dice la narración evangélica:
En la proposición el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): significa que Cristo nos representa a todos, y que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre...
Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por vivir cada día nuestro bautismo...
ORACION DEL BEATO JUAN PABLO II (AÑO JUBILAR)
...Del río bendecido con tu presencia
has partido para bautizar no sólo con el agua
sino con fuego y Espíritu Santo.
¡Gloria a ti, oh Espíritu Santo, Señor!
Por tu poder la Iglesia es bautizada,
descendiendo con Cristo en la muerte
y resurgiendo junto a él a una nueva vida.
Por tu poder, nos vemos liberados del pecado
para convertirnos en hijos de Dios,
el glorioso cuerpo de Cristo.
Por tu poder, todo temor es vencido,
y es predicado el Evangelio del amor
en cada rincón de la tierra,
para la gloria de Dios,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
a Él todo honor en este Año Jubilar
y en todos los siglos por venir.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario