Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa - Chapelle de la Rue de Bac (Paris)

INVOCACION Y ORACION POR LOS ENFERMOS

¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

(repetir tres veces)


¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión.
Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido
enfermo ......................, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla.
Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar:


¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!


lunes, 2 de mayo de 2011

BEATO JUAN PABLO II PROTEGENOS


El papa Benedicto XVI este domingo 1º de mayo, proclamó “beato” a su predecesor Juan Pablo II (1978-2005) durante una imponente y multitudinaria ceremonia celebrada en la plaza de San Pedro ante decenas de miles de personas provenientes de todo el mundo, que ovacionaron y aplaudieron.

El Papa, que llevaba la casulla y la mitra de Juan Pablo II, pronunció la fórmula en latín a través de la cual elevó a la gloria de los altares a su predecesor, con quien colaboró durante 23 años.
“Concedemos que el venerado Siervo de Dios Juan Pablo II, papa, sea de ahora en adelante llamado beato”, proclamó.
Un largo aplauso y gritos como en el día de los funerales de “Santo subito” (Santo ya) estallaron en la plaza, llena de gente que enarbolaba banderas de numerosas nacionalidades, entre ellas polacas, españolas y brasileñas.

ORACION DE INTERCESION
¡Oh Trinidad Santa!,

Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor.
Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.
Amén.

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