Dios, Padre Nuestro, Tú nos has manifestado tu amor en tu hijo
Jesús que vino para servirnos y dar su vida por nosotros.
Te damos gracias por las maravillas que realizaste en la vida
de san Damián de Molokai quien escuchó el llamado de Jesús
a seguirlo y entregó su vida por los más pobres, los leprosos,
a quienes hizo recuperar su dignidad de personas humanas.
Animados por su ejemplo y confiados en su intercesión,
venimos a Ti con nuestros sufrimientos y con nuestras esperanzas.
Que el Espíritu Santo abra nuestros corazones ante la miseria
del mundo, entonces, como san Damián, te encontraremos en
los rostros marginados por la sociedad y podremos revelarles
el amor que Tú tienes por cada uno de ellos Bendito seas Tú,
Señor, Padre lleno de ternura y amor, Tú que eres nuestro Dios,
desde siempre y por toda la eternidad.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario