Concédenos, Señor, un conocimiento profundo
y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes
a los que diste a la beata María Ludovica, para
que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad,
a ejemplo suyo también nosotros te agrademos
con nuestra fe y con nuestras obras por
los más indefensos y los más necesitados.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén
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