Glorioso san Sebastián
que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad,
que llegaste a sacrificar tu vida
por obedecer a Dios
y socorrer fielmente
a tus hermanos cristianos.
Ahora que vives junto
Ahora que vives junto
a Dios escucha las plegarias y súplicas de
los que te invocan con gratitud, fe y devoción,
y acuden a ti desde los campos,
pueblos y ciudades. Mártir de Cristo,
alcánzanos de Dios que,
confesando nuestra fe,
acojamos el Reino
anunciado por Jesucristo.
Amén
anunciado por Jesucristo.
Amén
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