Oh Dios, Padre bueno y rico en misericordia,
que nos salvaste por medio de la Cruz de tu Hijo Jesucristo;
por los méritos de la Beata María Teresa de Jesús Le Clerc,
enciende en nuestros corazones, el fuego de tu amor
para que te amemos sobre todas las cosas y amemos también
a nuestros hermanos en la caridad de Cristo. Él es Dios y
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén
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