sábado, 16 de diciembre de 2017

ORACIÓN DEL BEATO CLEMENTE MARCHISIO

Mi primer deber es dar buen ejemplo.  
Como pastor, debo ser la luz del mundo y 
la  sal de la tierra, lo que me obliga a todas  
las virtudes... Debo honrar mi ministerio 
mediante una vida santa  e irreprochable, 
y vosotros debéis honrar, respetar e imitar 
mi  ministerio. Pero ese honor y ese respeto 
no lo debéis  a mi persona, sino a mi ministerio, 
pues en mis  manos tengo poderes que nunca 
tendrán ni los ángeles del  Cielo ni los reyes 
de la tierra. Puedo reconciliaros con  Dios, reparar 
vuestros pecados, abriros el manantial de la gracia  
y la puerta del Cielo, consagrar la Eucaristía y 
hacer  que Jesús, nuestro Salvador, se instale 
en medio de vosotros.  Debéis considerarme 
como el enviado de Dios para conduciros al  Cielo.
Amén

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