Dios Todopoderoso y eterno, que diste al beato Rubén y sus
compañeros mártires colombianos la valentía de aceptar
la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza
a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron
en morir por Ti, nosotros sepamos también ser fuertes,
confesando tu nombre con nuestras vidas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén
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