Santa Marta bendita, que viviste en compañía de santos,
bendice mi casa, bendice a mis huéspedes,
para que en todos reinen la concordia y el amor de Dios.
Ayúdame en el cumplimiento exacto de mis deberes
y en la administración de mis bienes y negocios,
para que aún cuando, por mi condición y estado de vida,
tenga que ocuparme de las cosas de la tierra,
jamás me olvide que mi patria verdadera y
mi último destino es el cielo.
Así sea.
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