Padre que infundiste en el corazón de Santa Magdalena
el deseo de seguir a Cristo en la imitación de sus virtudes,
con espíritu de humildad, de paciencia, de caridad,
te pedimos que reavives en cada uno de nosotros
la pasión por Cristo y por la humanidad para que con
nuestra vida seamos capaces de saciar toda sed,
vendar toda llaga y ser bálsamo para toda herida,
colmando todo deseo de alegría, de amor,
de libertad y de paz en cada hermano.
Amén.
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