Oh glorioso y bienaventurado san Mauro,
venerable santo protector y cuidador de los humildes
qué llamado a la santidad desde niño
te hiciste mártir
para servir a Dios y seguir los caminos de Cristo,
con caridad, penitencia, obediencia y lleno de virtudes,
fuiste premiado con la Gloria,
tú que, por tu amor al prójimo,
por tu humildad y entrega, fuiste recompensado por el Señor.
Amén
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