lunes, 18 de julio de 2016

CONSAGRACIÓN A LA MEDALLA MILAGROSA

Postrado ante vuestro acatamiento, 
¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, 
y después de saludaros en el augusto misterio 
de vuestra concepción sin mancha, os elijo, 
desde ahora para siempre, por mi Madre, 
Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones 
y Protectora ante la majestad de Dios. 
 Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, 
ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria,
 a la vez que os prometo también promover en 
los que me rodean vuestro amor. 
Recibidme, Madre tierna, desde este momento y 
sed para mí el refugio en esta vida y 
el sostén a la hora de la muerte. 
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario