Dios nuestro, que enseñaste a San Justino
a descubrir en la locura de la Cruz
la incomparable sabiduría de Jesucristo,
concédenos, por la intercesión de este mártir,
la gracia de alejar los errores que no cercan
y de mantenernos siempre firmes en la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén
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