Oh Dios, origen de todo bien, fuerza y premio de los
penitentes, que has enaltecido a san Nicolás de Longobardi
a la gloria de la contemplación
del misterio de la
Santísima Trinidad y le has hecho admirable en el ejercicio
de la mortificación y caridad hacia los pobres,
concédenos por su intercesión y
a su ejemplo,
participar con él de la vida inmortal.
Por Jesucristo nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario