Padre todopoderoso y eterno, te damos gracias por el don
precioso de san José Vaz, el apóstol de Sri Lanka.
Su celo ardiente y labores incansables encendieron la fe de
nuestros antepasados en un momento de amarga persecución.
Te agradecemos por las muchas bendiciones derramadas sobre
nuestra tierra a través de él y de las muchas maravillas que obró
durante su vida y después de su muerte.
Escucha nuestras humildes oraciones y dígnate a glorificarlo
para que inspire a la Iglesia a honrarlo entre tus santos.
Que su vida heroica nos inspire a profundizar nuestra fe,
fortalecer nuestra esperanza y encender nuestro amor,
para que podamos ser testigos llenos del espíritu de Jesucristo,
nuestro Señor y Salvador.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, quien junto al
Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
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