Santa Madre María, Tú que desde temprana edad
te consagraste al Altísimo, aceptando desde
una libertad poseída el servirle plenamente
como templo inmaculado, Tú que confiando
en tus santos padres, San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa al
llamado de Dios Padre, tú que ya desde ese
momento en el que tus padres te presentaron
en el Templo percibiste en tu interior el
profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores
de tu Hijo, anunciándolo en cada momento
de nuestra vida desde una generosa y
firme respuesta al Plan de Dios.
Amén
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