Oh Dios, que, para anunciar la Palabra de la Cruz,
inflamaste de ardiente celo a san Pablo de la Cruz,
concédenos que también nosotros, animados
por su ejemplo y sostenidos por su protección,
sepamos ganar las almas de nuestros hermanos,
por medio de la pasión de Cristo, tu Hijo,
para obtener con ellos el fruto de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina,
Amén
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