¡Oh Dios, nuestro médico y remediador eterno,
que hiciste a san Cosme y Damián inquebrantables
en su fe, invencibles en su heroísmo, para llevar
salud por sus heridas a las dolencias humanas
haz que por ellos sea curada nuestra enfermedad,
y que por ellos también la curación sea sin recaída.
Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina.
Amén
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