con tus silencios, a cultivar nuestra fe buscando
a tu hijo Jesús, en lo profundo de nuestro corazón
y en la entraña de las circunstancias de la vida.
Tú eres nuestra Maestra. Enséñanos a incorporar
en nuestra vida tus lecciones. Tú eres nuestra Madre.
No nos dejes en los tiempos de dificultad.
Tú eres nuestra Guía. Acompáñanos en el caminar
de la vida y dirige nuestros pasos por sendas
de justicia y de verdad. Tú eres la gloria de la Iglesia.
Tú la alegría de los hombres de buena voluntad,
Tú eres el orgullo santo del género humano.
Dios se complace en Ti bendita eres de Dios
por Cristo tu Hijo, nuestro Señor.
Amén
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