Oh Dios, que colmaste a santa Marcelina
de gracias singulares, hasta ofrecernos en ella,
un ejemplo de eximias virtudes de amor fraterno,
y constituirla dentro de una familia de santos;
concédenos por su intercesión la gracia de
que florezca en los hogares cristianos la
belleza y el honor de la más pura virtud.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
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