Oh Dios, que elegiste a la beata Diana
para que con su vida de oración y penitencia,
fuera reflejo de tu misericordia hacia los hombres.
Tú hiciste fuerte su debilidad y por Ti, como virgen
y monja dominica, dio testimonio de amor y de fe.
Concédenos, a ejemplo de ella, ser verdaderos
testigos de la fe que profesamos y así recibir la
la gracia que hoy te rogamos por su intercesión.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario