Oh gloriosa Santa Catalina de Génova,
digna hija del pobrecillo de Asís, que te
emulaste en la piedad por la Pasión de Jesús
y en el ardor de la caridad, tanto que llegaste
a hacer de tu vida un continuo acto de amor
por Dios y por el prójimo, haz que en nuestros
corazones se encienda una chispa de tu ardiente
amor, que arrancándonos de los lazos del pecado,
nos acerque y nos una siempre más al Señor.
Sé todavía hoy la suave consoladora de los enfermos,
Sé todavía hoy la suave consoladora de los enfermos,
obteniéndoles con la salud del cuerpo y la paz del alma.
Extiende también tu oración sobre las almas del Purgatorio,
Extiende también tu oración sobre las almas del Purgatorio,
a fin de que, pronto puedan gozar la plena posesión de Dios.
Libéranos de las desgracias, aleja de nosotros todo peligro y
Libéranos de las desgracias, aleja de nosotros todo peligro y
obténnos la gracia de merecer con virtud, la gloria del Paraíso.
Amén.
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