de humildad, de pureza, de constancia en el sufrimiento.
Empleaste todos tus dones para la mayor gloria de Dios,
para la salvación de los hombres, con una donación total,
hasta el punto de ser víctima de tu entrega.
Concede a nosotros, tus devotos, firmeza en nuestros propósitos,
espíritu de sacrificio, trabajo constante para el bien de los hermanos.
Danos fidelidad hacia el Señor, amor hacia la Iglesia, constancia
en las adversidades y perseverancia en el bien.
Dios Padre, no mires nuestros méritos, sino los de tu siervo y
nuestro protector, San Carlos. Ayúdanos a ser fieles testigos de la fe,
para que lleguemos un día a disfrutar contigo del cielo.
Amén.
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