Santa Margarita María fue la virgen
que mereció del cielo el gran favor
de imitar al Discípulo escogido
descansando en el pecho del Señor.
Ella es a quien más tarde fue mostrado
este dulce y Sagrado Corazón de Jesús,
y dada la misión alta y divina
de extender esta nueva devoción.
¡Oh Dios!¡Cuán distintos son tus juicios
de los del mundo loco y engañado,
que humilla y vitupera con frecuencia
lo que a tus ojos es tan apreciado!.
En Margarita no hay nada que brille,
todos la conceptúan despreciable,
y Tú la juzgas digna de una empresa
tan sublime, tan difícil y admirable.
Santa Margarita bendice los desprecios
que te atraen tu amor a la humildad,
pues ellos te descubren los tesoros
de un Corazón que es todo Caridad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
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